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Llevaban años siendo vecinos, pero ella siempre se había insinuado a este hombre de color. Entre ellos hay una considerable diferencia de edad, cosa que en un principio tal vez echaba para atrás al tío. Sin embargo ella a pesar de ser una mujer de sesenta años tenía un cuerpo espectacular, ya quisieran muchas jovencitas. Cuando un día le propuso abiertamente follar el chico se lo pensó y aceptó. Ella era una madura viciosa y muy caliente, por lo que fue un poco más lejos y le propuso grabar juntos un vídeo amateur, que les pagarían cierto dinero por publicarlo.
El hombre no iba demasiado bien económicamente y le pareció una forma sencilla de sacar un dinero extra, además se follaría a su vecina la guarra.
Al principio el tío estaba algo nervioso, ella no (la muy zorra estaba acostumbrada a esas cosas). Sin embargo pronto le pilló el rollo a eso del porno amateur y se folló a la vieja hasta que finalmente se corrió sobre su vientre. Por supuesto su polla era grande, como la de casi todos los hombres negros. Tal vez por eso la vieja lo llamó.