La abuela me puso un piso y ahora tengo follarla todos los días
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Aún perduran en la memoria de esta vieja aquéllos tiempos en los que follar era algo cotidiano porque lo hacía a diario con su marido. Ahora las únicas perversiones sexuales que cumple son las que puede llevar a cabo con su consolador. Por fortuna para ella, siempre hay hombres interesados en hacerle pasar buenos ratos en la cama.