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Aquella noche había conocido a una vieja, ya sabes, nada mejor que una mujer de avanzada edad para asegurarse una gran follada. La zorra me llevó a un hotel, todo lo pagó ella, así que por mi cojonudo. Yo me quedé tirado en la cama esperando mientras ella estaba en el cuarto de baño, no sabía muy bien como entrarle a la madura, pero me lo puso fácil pues fue ella la que se abalanzó sobre mi como una cerda.
Se sacó sus grandes tetas para que las lamiera, vaya tetazas tenía.
Después se tumbó en la cama y comencé a comerle su coño. Ella estaba gorda, pero su cuerpo me encantaba. Después se la metí en su coño maduro y mojado mientras ella gemía como una perra, no veas la madura lo caliente y cachonda que estaba.
Finalmente acabé corriéndome en sus enormes pechos, no encontré un lugar mejor que ese para hacerlo.