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Tras la separación de sus padres él se quedó con su madre. Cada día la veía más y más deprimida, no estaba acostumbrada a vivir sola y echaba de menos a un hombre. Pero el jovencito lo sabía y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que su madre estuviera bien y fuera feliz, por lo que su ocurrencia no fue otra que intentar tener sexo con ella.
La mujer lo deseaba tanto que no le importó en absoluto que fuera su hijo, al contrario, de hecho hasta le dio más morbo si cabe. Ambos se acercaron y comenzaron a besarse como si no les importase en absoluto el tema del incesto.
Ambos se fueron desnudando hasta que finalmente el chico penetró a la madura de su querida mamá metiéndosela hasta el fondo. La mujer disfrutaba, por fin tenía a un hombre dentro de ella nuevamente. De repente el chico paró, acababa de correrse dentro de su vagina. Cuando la madre le preguntó si había eyaculado dentro él solo se limitó a responder: «Si madre».