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Todos sabían que su vecina era una puta, y él por supuesto también. Por eso tras comprarse un nuevo coche fue a ella la primera a la que se lo enseñó. Sabía que ese vehículo le iba a conseguir muchos chochitos, aunque en realidad no pensaba que sería tan sumamente fácil. Tras ver el coche de aquél muchacho la madura se subió en él, y poco después se estaban besando. Por lo visto aquello la había puesto caliente, pero lo más fuerte es que esa zorra estaba casada. Tras unos cuantos besos y tocar sus tetas decidieron ir a casa de la madura para terminar la faena, por lo que dejó allí su coche y ambos fueron con dirección al dormitorio. Se tumbaron en la cama y siguieron besándose a la vez que se desnudaban, estaba demasiado cachonda y se le notaba.
Se quitaron toda la ropa que llevaban, a pesar de sus años la mujer tenía un cuerpo espectacular. La zorra empezó a comerle la polla para su sorpresa, que bien lo hacía. Después del sexo oral por supuesto la penetró y se la folló en la cama de matrimonio en la que dormiría esa misma noche con su marido.