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Le dijo con cara de enfadada que se quedase al finalizar la clase, pero el muchacho no sabía lo que aquella madura pretendía. Una vez se marcharon todos ambos se quedaron a solas, pero ella cambió la expresión de su cara y comenzó a sonreír. Demasiado risueña para lo seria que solía ser, e incluso se tomaba ciertas confianzas tocándolo. El chico estaba sorprendido, pero cuando de repente le tocó el paquete empezó a darse cuenta de lo que en realidad quería aquella mujer. Se lo quería follar por supuesto.
Se puso tan duro que casi se le sale la polla de los pantalones, algo que sin duda ella notó. Por eso se agachó y agarrando su verga se la metió en la boca y comenzó a chupársela como una loca. Tras la mamada ella se desnudó y le enseñó sus enormes tetas de madura, con las que le hizo una increible paja cubana. Luego se tumbó sobre su propia mesa abriéndose de piernas más que si fuera una colegiala, y él la penetró.
Así fue como esta profesora y su alumno acabaron follando en clase, algo que sin duda no le habría gustado a nadie si hubieran sido descubiertos.