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La mujer era nueva en el centro, la típica profesora madurita y friki que disfruta metiendo caña a los alumnos. Pero sus numerosos tatuajes y esa cara de zorra la hacían diferente al resto. Fue a la clase de los castigados y tan solo había un chico de 18 años allí sentado esperando para cumplir su castigo. Había sido un chico muy malo y seguro que ella le daba su merecido. Le dijo que se levantara de la silla y que fuera hacia ella, después le indicó que se apoyase sobre su mesa. Le bajó los pantalones y comenzó a azotar su trasero mientras el muchacho miraba con cara de no creerse que eso estuviera sucediendo.
Pero la madurita estaba disfrutando del castigo, pero más aun porque sabía como iba a acabar. Tras los azotes agarró su verga, la tenía grande a pesar de ser tan joven, y tras meneársela un rato se la chupó. El muchacho se excitó tanto que no tardó en desnudarse, y poco después era la profesora la que estaba sentada sobre la mesa mientras él se comía todo su coño. Después y como ya supondrás se la folló. Ella disfrutó tanto que hasta tuvo que meterse su propio tanga en la boca para evitar gritar demasiado. Mientras se la follaba sus grandes tetas se movían de un lado a otro, hasta que al final su alumno se corrió en su boca. Sin duda el mejor castigo de su vida.