No se conformó con follar su coño

El trabajo en las minas estuvo muy fuerte, aunque poco remunerado. Es lo que pasa cuando eres minero: algunos días son malos y otros peores. Sobre todo, hay que agradecer a la vida y rezarle a la diosa vaca que el siguiente sea mejor. Mientras tanto, este tío al llegar a su casa, puede ver a su madre sin bragas con las piernas abiertas y no se resiste al ver el chocho pelado de la vieja. Lo que hace que con mucho gusto y una sonrisa, se acerque a darle una lamida para luego meterle la polla en la boca y terminar con una follada. Ese día tampoco tendrán que comer, pero los deseos sexuales están satisfechos.