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Que un jovencito vea a su madre llorar es algo que no le agrada en absoluto, por lo que era normal que intentara consolarla de alguna manera. Solo que la forma de poder evitar sus lágrimas solo estaba al alcance de un hombre, ya que acababa de dejarla su pareja. Sin embargo el chico decidió hacer algo que pocos muchachos tendrían huevos a hacer, y no era otra cosa que proponerle tener sexo de una forma directa. Ella no podía creérselo, pero debido a su estado tan vulnerable aceptó y empezó a desnudarse. Pronto el jovencito estaba encima de ella metiéndosela como si fuera una tía cualquiera mientras su madre disfrutaba como jamás lo había hecho en toda su vida.
Lo pasaron bien, tal vez demasiado, por eso tal vez para acabar el joven no quiso ni sacar su verga y eyaculó dentro de su madre. La mujer aun era fértil, podría haberla dejado preñada, por lo que la indignación que podía verse en su cara era más que evidente.