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Sentada en el sofá intentando ver la novela y luego poder comentar con sus amigas mientras juegan al bingo, está muy distraída. Eso porque quiere poner atención a lo que pasa y no perderse nada del drama que está consumiendo. Sin embargo, no puede seguir haciendo lo que estaban haciendo porque su hijo pequeño, sin avisar, le mete la polla en la boca. Ella, como cualquier zorra, su primer instinto es hacerle una mamada y lo sigue haciendo hasta que puede sentir como sale el semen caliente chorreando por su cara y luego ya si puede seguir perdiendo el tiempo como le da la gana.