La cerda grasienta de su asistenta se lo puso fácil

La experiencia es saber cosas que la mayoría de las personas no saben. Esto se le llama sabiduría también, aunque es un poco confuso todo eso de los conceptos y las cosas que las personas saben y creen que saben. Sin embargo, en este caso importa muy poco, ya que lo que importa es que esta vieja sabe que ningún chaval se resiste a una buena mamada. Más que todo por su edad. Luego que meten la polla en la boca de una puta, lo único que quieren es penetrar un coño. Y es ahí donde la anciana aprovecha para conseguir folladas. Incluso en su propia casa.