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Cuando invitó a su alumno a su casa el chico no sospechaba lo que aquella profesora madura pretendía. Pero cuando la vio paseándose en lencería comenzó a darse cuenta, especialmente cuando se puso de rodillas frente a él con intención de sacarle la polla de los pantalones. El chico estaba muy cohibido, era algo tímido y lo cierto es que su profesora le imponía mucho. Pero al sentir que le estaba mamando la polla comenzó a soltarse. Los dos quedaron desnudos en el sofá y el chico acabó penetrándola. Fue tal la excitación de aquella vieja degenerada al sentir el sexo con un jovencito que llegó rápidamente al orgasmo.
El coño de la madura chorreaba como si fuera el de una colegiala, por eso de vez en cuando invitaba a estudiantes a su casa, porque el sexo con ellos merecía la pena.
Pronto el muchacho abandonó su timidez y le pegó una buena follada a su profesora, con ella abierta totalmente de piernas y él embistiendo dentro de su coño la corrida no tardaría en llegar. Así que sacó su verga de la vagina madura de aquella mujer y se vació en su cara.