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Nunca peso que llegaría el momento que le tocara vivir una experiencia tan fascinante. Él siempre se sintió especial, creyó que tenía algo aunque sabía que era. Solo que busca eso que lo hacía diferente, no era la prioridad para su vida. Como cualquier chaval, solo quería pasarla bien y fue ese día con esa mujer madura. Ella no podía estar menos contenta que él, ya la follada que le dieron fue genial. El joven estuvo escuchando un polvazo con la amiga de su madre y ahora ya no la volverá a ver con los mismos ojos. Antes era como su tía y ahora es la vieja del coño sabroso y que hace buenas mamadas.