Cuarentona excesivamente peluda follando con el gordo de su amante

Era su hijastro y un día pilló a aquella zorra masturbándose. Su padre la dejaba demasiadas horas sola en casa y era evidente que estaba muy necesitada. Él haría cualquiero cosa por su nueva madrastra, incluso si tenía que follársela también estaba dispuesto. Tras aquella pillada todo se calentó entre ambos, y la próxima mañana mientras ella preparaba el desayuno en la cocina apareció el chico de nuevo con su cámara en la mano. Tuvieron una conversación bastante caliente y ella por fin pudo dar rienda suelta a sus instintos más primarios, se desnudaron y empezó a comerle la verga. Luego en la cama le pegó una follada que la zorra no olvidaría, no quería que parase de follársela.