¿Que esperas para follarme jovencito?

Ni mucho menos compañeros de pajas, esta madurita brasileña no fue a ese bosque porque le apetecía despejarse una soleada mañana de domingo, es que ahí se reúnen los tíos más pervertidos de su ciudad y no precisamente para charlar o pasear. Ese lugar es un sitio de encuentro para personas liberales que buscan sexo rápido, sucio, gratis y sin complicaciones. Pues hoy se cruzó con un desconocido y tardó cero coma en bajarse el tanga hasta las rodillas y dejar que se la follaran a pelo. Sin duda algo muy arriesgado en estos tiempos pero que quien lo vive en sus carnes alucina en colores.