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Hay maduritas como la madre de mi amigo que son putas por naturaleza. Yo estaba en su casa, esperando a que su hijo llegase para irnos pues habíamos quedado. Pero lo que no sabía es que ella me había mentido y que mi amigo tardaría un buen rato en llegar. Para ella era tiempo más que suficiente para hacer lo que quería conmigo, y vaya si lo hizo la puta.
No tardó demasiado en sentarse a mi lado y tocarme el paquete. A pesar de mi expresión de sorpresa y de mi boca abierta ella no se echó atrás, más bien al contrario, se ve que mi timidez le dio morbo. Poco después estaba sacando mi polla y metiéndosela en su boca para chuparla. Me hizo tal mamada que no la olvidaré en toda mi vida.
Luego nos desnudamos y por supuesto me la follé. Debo reconocer que el hecho de que fuera la madre de mi amigo y de saber que en cualquier momento podía llegar a casa y pillarnos hizo que me diera tanto morbo que no pude aguantar mucho hasta correrme.