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El auditor la puso en problemas, ya que su deuda era considerable. Tras hablar con ella un rato y ver que no podía pagar la mujer se echó las manos a la cabeza, no sabía que podía hacer y necesitaba que lo dejara pasar. Fue entonces cuando al hombre se le ocurrió una idea, si esa puta quería pagar de otra forma por él perfecto. El problema es que era una mujer casada y fiel a su esposo, pero aun así comenzó a tocarla dejándole claro como quería que pagara. Ella lo entendió, pero aun así no quería. Finalmente accedió a su deseo, al menos de esa forma podría mantener su casa y a su esposo.
El hombre empezó a desnudarla y poco después la masturbaba fuertemente mientras la madurita se retorcía, aunque no quería en realidad le estaba gustando. Intentó besarla pero ella se hacía la difícil, no quería besos con ese desconocido, lo guardaba solo para su esposo. Luego fue a buscar su culazo y empezó a azotarla hasta dejárselo bien rojo, la puso a cuatro patas y la penetró mientras ella cerraba los ojos para no verle.
Se la metió incluso en su ano para pegarle una buena follada anal, hasta que por supuesto al final se lo echó todo sobre sus nalgas. La mujer se quedó allí mirando indignada toda la leche, pero al menos había conseguido lo que pretendía.