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A dos meses de dar a luz esta madurita tenía una de sus revisiones rutinarias para comprobar que todo estaba bien. Lo que pasa es que no estaba el ginecólogo que la trata habitualmente, sino un sustituto que no cabe duda que tiene mucha mano con las mujeres… En principio nada hacía presagiar lo que pasaría en esa consulta y es que después de tumbarla en la camilla y quitarle las bragas, el tipo empezó a meterle los dedos por el coño de una forma poco habitual. Cuando de repente acarició sus pechos diciendo que la leche estaba empezando a salir y mientras tenía un dedo metido dentro de su chocho, ella ya estaba a punto de correrse.