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Que sienta un poco de vergüenza es normal. La sociedad lo ha repetido hasta el cansancio hasta que las personas terminaron por creerlo. Aunque nadie explica como luego de haber dos personas en el principio, nos convertimos en millones. Todos evaden la realidad de que madres e hijos tuvieron que follar para crear la humanidad. Ahora, este chaval no se frena cuando mamá se hace la dormida mientras le come el coño. Él sabe que ella lo está disfrutando porque escucha sus gemidos y luego abre las piernas para que pueda meterle la polla. Eso es amor.