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Impresiona ver a una mujer madurita con dos tetas realmente enormes. Además, esas tetazas son totalmente naturales, no son operadas. Normalmente unos pechos de ese tamaño solo pueden verse en mujeres gordas o tal vez obesas, pero contrasta porque esta mujer no es ni una cosa ni otra. Se trata de una madre normal y corriente que se deja follar por uno de los amigos de su hijo.
El chico siempre había estado obsesionado con los pechos de esa mujer, y no es para menos. Eso si, follaron a escondidas por el temor de que el hijo de la mujer se enterase de todo.
Como puedes ver, las divorciadas son las más zorras de todas con diferencia.