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La vieja estaba tan cachonda que en el ascensor abordó a su joven vecino de al lado. Primero le dijo que le acompañase a su casa, y una vez dentro le propuso claramente y sin rodeos follar. El muchacho se escandalizó, ella era mucho más mayor que él y además su vecina, la conocía de toda la vida. Rápidamente la mujer, como si hubiera esperado aquella respuesta, se sacó un fajo de billetes y se lo puso en la mano. Era su ofrecimiento a cambio de sexo. Eso hizo que el muchacho cambiase de opinión, por lo que rápidamente lo desnudó para así meterse su verga en la boca mientras se desnudaba y también lo desnudaba a él.
Luego se abrió de piernas en el sofá y su joven vecinito comenzó a jugar con su coño, estaba muy mojado, algo que le sorprendió ya que se trataba de una madura. No hizo falta ni chupárselo, agarró su verga y se la metió entera en su vagina a pelo por supuesto.
Y así le pegó un buen polvo a la zorra de su vecina, aunque seguramente a ella le supo a poco. Aun así se la veía muy feliz mientras recibía toda la corrida de semen en su cara.