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La casa estaba hecha un desastre y su madre estaba visiblemente enfadada con él. Sin embargo tener una madre que es ninfómana tiene ciertas ventajas. Él sabía que podría follársela cuando quisiera como ya habían hecho muchos de sus amigos, pero ese fue el día que eligió para hacerlo. Mientras estaba en la cama tumbado empezó a piropearla y a decirle lo guapa que estaba, ella mojó sus bragas al instante. Fue entonces cuando la madura decidió comenzar a quitarse ropa para que siguiera diciéndole cosas bonitas, por lo que se quedó en ropa interior. Le dijo que le gustaban sus pechos, y ella se los enseñó. La verdad es que tenía dos de esas grandes tetas tan frecuentes en las madres. No tardó en enseñarle la polla, y en ese momento la mujer se derritió.
Fue hacia él como una exhalación y comenzó a comerle la verga con ganas. Mientras tanto él acariciaba su cabeza y su pelo con cariño, pero poco después le metía todo ese cariño en su coño peludo. Se la folló hasta el final, y es que el chico se corrió dentro de ella con su consentimiento por supuesto. Mientras veía como la leche salía de su vagina la madre sonreía satisfecha.