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Hacía su reparto casa por casa, era el típico lechero. Pero cuando llegó a esa casa y se asomó por la ventana bio algo que le gustó, la zorra se estaba masturbando en el sofá. Se quedó con la boca abierta y después llamó al timbre, ella abrió y le dijo que pasara. Pero estaba en lencería y muy caliente, no tardó en desnudarse delante de él. Poco después se la estaba follando en el sofá de casa, esa puta estaba muy buena. Justo llegó su marido, pero la sorpresa fue que ninguno de los dos pararon de follar. El hombre se sentó al lado mirándolos mientras se podía ver como caían las lágrimas por su cara viendo lo puta e infiel que era su esposa, nunca se lo habría imaginado. Los dos se reían mientras le veían llorar y siguieron follando hasta el final, lástima de cornudo.