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¿Quién no se ha quedado alguna vez solo en casa y ha tenido la tentación de llamar a una puta?. Es normal, otra cosa es que luego lo hagas porque la mayoría de las veces se queda en una mera fantasía. Además, cuando eres joven tampoco tienes dinero para costear una prostituta, aunque este tipo tuvo la gran suerte de que su madre se había dejado el bolso en casa. Mientras veía porno en su ordenador empezó a rondarle la idea de llamar a una señoría de compañía y su madre tenía mucho dinero en el monedero porque había cobrado. Cuando se presentó en casa ese pibón no se lo podía creer porque era una escort de lujo tan potente que parecía una muñecha hinchable.