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Después de años y años viendo como el mejor amigo de su hijo se paseaba por su casa sin camiseta y luciendo un torso cultivado y apolíneo, esta madre soltera había tomado una determinación, le iba a decir lo mucho que le gustaría echarle un polvo. El chaval se vio en un principio abrumado ante tal declaración por parte de una mujer tan bella como ella pero pronto reaccionó dejando salir su parte irracional que deseaba follársela a cuatro patas.