Me follo a mi tía dentro del agua en la playa

Que no se depilaba era obvio, y no iba a hacer una excepción por ir al ginecólogo. El hombre la vio abierta de piernas con su coño peludo y se sorprendió, pero a ella le daba igual. Se puso sus guantes y comenzó a abrir y a tocar su coño, estaba mojada la puta. Era tan extraño ver chochos tan peludos que el tío se puso cachondo, pero ella lo estaba aun más. Tras un rato tocándola fue ella la que se puso de rodillas buscando su rabo, acabó comiéndoselo. Tras la mamada se la metió en su vagina y comenzó a follársela en su propia consulta hasta que finalmente le tiró toda su leche sobre ese matorral de pelos. La pregunta es a cuantos ginecólogos les habrá pasado esto.