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Aunque eran vecinos al final los dos se animaron a quedar. Pero lo que ese hombre no se imaginaba es que aquella sería sin lugar a dudas la mejor cita de toda su vida. Su vecina era toda una zorra, y nada más entrar en su casa comenzó a tocarle y a desnudarle. Ella estaba muy cachonda y se lo demostró de esta manera, por lo que él siguió su juego. Empezó también a tocarla y poco despues la desnudaba. Ella pudo ver su rabo y empezó a chupárselo estando ya desnuda. Luego su vecino le comió el coño y se la metió para comenzar a follársela como la zorra que era. Tras aquella follada se corrió en su boca, ella sonreía cubierta de semen. Los dos deseaban una segunda cita.