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Es complicado para un chico joven resistirse a los encantos de su suegra. Ella es la madre de su novia, pero no le averguenza reconocer que en realidad esa vieja le pone mucho más cachondo que su chica. Y evidentemente para una señora de su edad poder echarle mano a un rabo joven es todo un lujo inalcanzable para la mayoría. Si sus amigas lo supieran…
Allí mismo en la cocina fue donde ocurrió, comenzaron a tocarse y a besarse, pronto el muchacho desnudó a la vieja y ella de forma casi instintiva se agachó para comerle el rabo. Le encantó sentir una polla tan dura y caliente dentro de ella nuevamente, hacía tanto tiempo que casi ni lo recordaba.
Después la anciana se sentó abriendo sus piernas y mostrando su peludo coño, el chico se lo comió entero mientras ella gemía y apartaba los pelos cuidadosamente para llegar a su clítoris.
Después del cunilingus se la metió entera, ella se dio la vuelta mostrándole su enorme culo y perforó su vagina sin pensárselo. Estaba tan caliente que no aguantó mucho, por lo que al poco tuvo que sacarla para eyacular sobre sus nalgas.