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Fue a buscar a su novia por su aniversario, el jovencito llevaba una buena botella de champagne, pero quien abrió la puerta fue la madre de ella. Le dijo que no tardaría mucho en llegar, pero que mientras tanto podía probar una copa de esa bebida. El muchacho no estaba muy seguro de aquello, pero al fin y al cabo era una mujer ya madura y confiaba en ella. Mientras se tomaban esa copa a ella se la veía especialmente simpática y cariñosa, era como si pretendiera algo. No se equivocaba, porque tras acariciar varias veces la cara del jovencito no pudo resistirlo más y se acercó a él para besarle. El chico se quedó inmóvil sin saber que hacer ni que decir, pero no hizo falta, ella se encargaba de todo.
La verdad es que el tío se había puesto bastante cachondo y no tardaron mucho en desnudarse. Allí estaba su futura suegra abierta de piernas en el sofá mientras él se comía todo su coño. La madura tetona también sabía como dar placer a un chico más joven, por lo que después le comió a él su polla. Luego follaron en el sofá sin importarles poder ser descubiertos por la hija de la madura, hasta que al final él se corrió en su boca. La mujer no podía estar más satisfecha, ese joven sabría complacer a su hija sin lugar a dudas.