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Acostada y abierta de piernas comenzó a masturbarse mostrando su cuerpo, dos buenas tetas y un coño bien húmedo. Pero aquello no iba a acabar solo en una masturbación, ya que su hombre estaba allí esperándola con su polla bien dura y preparado para follársela. Ella lo sabía, por lo que se puso a cuatro patas y el tío la penetró pudiendo disfrutar de su culazo. Desde luego su trasero era impresionante y el tío lo sabía, por lo que disfrutó follándosela de varias posturas. Lo mejor de todo tal vez fue que al final hizo lo que tenía que hacer, que fue correrse dentro de su coño. Allí se quedó la madurita chorreando leche como una cerda, fue sin duda una brutal corrida interna y la prueba de ello fue ver como salía toda su leche caliente.