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La vieja tenía ganas de polla y sabía donde encontrar una. Estaba cansada de realizar labores domésticas en su casa, por lo que se acercó a cierta obra de su zona donde en ella quedaba un solo trabajador. Fue a por él sin pensárselo, sabía que estos currantes no suelen decir que no al sexo aunque se trate de una mujer de avanzada edad como ella. El chico estaba haciendo un descanso fumándose un cigarro cuando ella se aproximó hacia él, casi sin mediar palabra le sacó la polla de los pantalones para así comérsela. Esa vieja tetona y gorda era una cerda, pero si quería follar él estaba más que dispuesto. Poco después ambos estaban desnudos en el suelo y la madura encima de él botando como si fuera una jovencita. Luego la tiró al suelo para seguir follándosela y disfrutar así de su cuerpo maduro con carne, hasta que finalmente se corrió sobre su coño. Aun con toda su polla llena de leche se la volvió a meter, eso a ella le gustó bastante por lo visto.