Recibiendo el amor que una madre le puede dar a su polla
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Ya se que espiar a tu propia madre mientras se ducha no es algo que esté bien visto por nadie, pero que quieres que te diga, a mi me da morbo. Primero el hecho de mirar sin ser visto me excita, y luego que se trate de mi propia madre me pone más cachondo si cabe. Pero es que la zorra está buenísima, tiene unas tetas y un culo que ha conseguido que acabe pajeándome en más de una ocasión. Sin embargo aquél día me descubrió. Ella se sorprendió al verme allí en la puerta mirándola, pero yo fui rápidamente con una toalla, como si quisiera ayudarla. Cuando se percató de que no quería secarla, simplemente buscaba tocarla, entonces ella también se excitó.
Supondrás que me la follé, y aciertas. Se la metí a esa puta en el baño, como deseaba probar su coño. Después nos fuimos a la habitación donde dormía con mi padre, pero en esta ocasión iba a ser yo quien manchase las sábanas de semen.