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El lunes hay que trabajar y todo eso no para hasta el viernes. Es la vida de cualquier persona normal de estos días que tiene que ganarse la vida siendo esclavo de lo establecido. Solo el fin de semana se puede aprovechar para hacer algo bueno, ese día, es el día que toca follar con mamá todo el día. Viven juntos y como solo se tienen el uno al otro, entonces tienen que darse placer mutuo. Luego del desayuno, ella empieza a chuparle la polla hasta que esta dura y el día entero hacen lo mismo. Su coño queda bien satisfecho para aguatar la rutina que vuelve en la semana.