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Casarse con un acaudalado anciano le permitió a esta milf tener su vida soñada antes de cumplir los 40 años. Lo tenía todo, o al menos casi todo. Seguía echando de menos buenas pollas duras, ya que su esposo apenas alcanzaba una media erección. Por eso aquél día al ver al chico de servicio ni se lo pensó. Se acercó a él con la clara intención de follárselo, pero ese hombre apenas se atrevía ni a mirarla a la cara, era la señora de la casa. Sin embargo la puta le sujetó la cara y se lo dijo claramente, se lo iba a follar. Poco después se secó sus grandes tetas y el tío se quedó sin palabras, ella le agarraba de la cabeza y se lo llevaba a sus pechos para que se los comiera, sin embargo él no estaba seguro de aquello.
Finalmente consiguió lo que quería, fueron al sofá y allí terminó de ponerlo tan cachondo que no pudo escapar. La mujer se desnudó y comenzó a comerle el coño, luego ella le comió la polla y hasta le hizo una paja cubana. Como no podía ser de otra forma acabó follándosela, pero ella estaba tan cachonda que lo sorprendió corriéndose a chorro como una fuente.