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Por mucho que esta vieja se haga la ofendida cuando el amigo de su hijo le mete mano, la realidad es que está encantada de saber que aún es atractiva para los chicos jóvenes. Lo que pasa es que está en su papel de hacerse la dura y de no ponérselo fácil porque no quiere que piense que es una puta. Pues lo va a tener complicado porque ese chaval ya sabe de sobra que es un pedazo de golfa, de hecho se permite el lujo de follar su culo sin ni siquiera preguntar. Menudos 53 añitos más ricos tiene esta guarra, ¡quién la pillara!.