A mamá le gusta recibir el semen en la cara

Por algo era tan guapa, y es que esta mil era una de tantas escorts. Solía acudir a domicilios de tíos con alto poder adquisitivo para tener sexo con ellos, y lo cierto es que todos acababan bastante contentos. Primero se desnudó y se quedó en lencería, una bonita ropa interior de color blanco que le puso bastante cachondo.
Se la fue quitando hasta que la abrió de piernas y empezó a comerle el coño. Tras el sexo oral le metió la polla en su coño y comenzó a follársela, aunque no pudo aguantar demasiado y acabó corriéndose en el último momento sobre su coño y sus nalgas.
Desde luego esa puta se ganaba bien su sueldo, y obviamente merecía todo el dinero que conseguía.