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Ya era practicamente una anciana cerca de ser octogenaria, pero aun así seguía igual de cachonda y de puta que siempre. A pesar de ser una mujer pasada en kilos, lo que viene a ser una gorda, ella tenía un amante a escondidas de su esposo y solía follar con él a menudo. Entre otras cosas era infiel porque su marido ya no se la follaba como antes, y ella seguía necesitando del sexo. Ese hombre sabía tratarla bien, empezó a comerse su coño mientras estaban totalmente desnudos. Poco después la estaba penetrando en el sofá de su casa, a la puta le encantaba su polla. Luego ella se puso sobre él y siguió follándoselo mientras movía su enorme culo de gorda. Follaron incluso en el suelo de casa, aunque al final acabaron a cuatro patas en el sofá hasta que su amante se corrió sobre ella.