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Hacía frío, llovía, estaba nublado y esta madurita llevaba varios días sola en casa porque su marido estaba de viaje de negocios. Es bastante triste estar así, sobre todo cuando eres una mujer de treinta y tantos años ardiente y a la que le encanta el sexo. Ese fue el motivo por el que esta guapa madurita llamó a su vecino en principio con la única intención de charlar un rato. En estos momentos de soledad es normal que las mujeres confundan sus sentimientos, momentos ideales para aprovecharse de esa debilidad y comerles el coño y follárselas como si no hubiera mañana :P.