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En la mesa del comedor empezó todo, luego de una discusión con su marido, pensó en la forma de conseguir un hombre igual, con la misma cantidad de dinero pero que le sirviera mejor en la cama que es donde su marido tiene más fallas. Entonces no tuvo que ver muy lejos porque ahí estaba el hijo del hombre: una versión más joven y viril de su esposo. Entonces tenía todo resulto, solo tenía que seducirlo y empezar a follar con él. Su hijastro, quien pretende ser un buen chaval, no se puede resistir con lo buena que está su madrastra y sucumbe ante los deseos del coño de la madura.