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A esta ama de casa le apetecía jugar con poco con su mayordomo. Su marido es un viejo que apenas se le levanta y además está todo el día fuera haciendo negocios, así que su mujercita tiene muchas horas libres y de alguna forma tiene que matar el aburriendo. El caso es que encontró un traje de látex que se compró hace tiempo pero que nunca había usado y decidió probárselo, pero necesitaba que alguien se lo abrochase y en casa sólo estaba su empleado. Nada, era imposible abrocharlo porque era una talla demasiado pequeña, pero ya que estaba medio desnuda no era cuestión de desaprovechar la oportunidad de follársela.