El doctor tiene las manos muy largas

Un trabajo donde tiene que estar parada todo el día y sirviendo café, no es para una mujer de casi 50 años, esta lo hace por el amor que tiene por su hijo y no va a permitir que la vida de su chiquillo sea absorbida por el sistema que solo quiere tener a todos trabajando para que nadie se divierta. Al llegar a la casa, sabe que la recompensa al trabajo duro le espera: ahí está el bueno de su hijo quien siempre la ayuda a masturbarse luego que ella llega cansada. Toca su clítoris para estimularla mientras ella se mete el enorme dildo dentro del coño y a veces, también le da algunas folladas.