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La pensión ha llegado, algo que los que trabajan hacen por ellas y como sus vidas, ya no tienen mucho tiempo por delante, entonces lo mejor es aprovechar en los mejores placieres que puede ofrecer la vida. Dos maduras, con muchas ansias de disfrutar el placer más carnal que puedan comprar, contratan a un negro para follarlas. Todo en su propio hogar, ya que mientras menos se gaste en otras cosas, más tiempo podrán usar para tener una polla grande metida dentro del coño. El siguiente mes harán lo mismo como han hecho todos los meses que la pensión que reciben.