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Más que receptiva, la madre del colega de este tío estaba más salida que el pico de una esquina y para ella fue una bendición que no estuviera su hijo, ya que podría hacer lo que quisiera con ese jovencito. Su forma de seducirlo fue diciéndole que probara una hueva receta que había hecho, pero claro, ella se pondría una crema en el pecho y el chico tendría que untar la comida en ella. La cosa la verdad es que era muy extraña, pero bueno, ningún tío normal puede imaginar que la madre de su mejor colega va a ser tan zorra como para querer echar un polvo con él.