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Ante todo hay que ser humilde y no creerte que te las sabes todas, algo que se traslada sobre todo al terreno sexual. Los jóvenes piensan que son unas máquinas de follar y que no hay mujer que se les resista, cuando en realidad la edad es precisamente lo que hace que vayas adquiriendo experiencia. Por ese motivo nunca hay que subestimar a una mujer por muy vieja que la veas, más bien al revés. Este chaval pensó que su vieja profesora era la típica cincuentona que echa un polvo de mantenimiento cada mes, pero cuando realmente la conoció se dio cuenta de que él follando no era más que un puto mierda.