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Cuando me tocó ser presidente de mi comunidad de vecinos creí que me había caído un gran marrón encima pero con el paso de los días estoy viendo que cada vez disfruto más. La mujer a la que le ha tocado llevar las cuentas es una divorciada cincuentona que aprovecha cada momento que estamos a solas para cogerme la polla y hacer con ella todo lo que ya no puede con su ex marido.