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Su trabajo de comercial le permitía visitar numerosos hogares, y en algunos de ellos solo se encontraban mujeres. En esta ocasión no solo se trataba de una madurita, sino que la zorra era espectacular. Tenía unas tetas tan grandes y perfectas que no podía ni tan siquiera mirar su libreta para poder así hacer su trabajo. Era complicado concentrarse con esos grandes pechos frente a él. Se lo dijo y ella se rió. Lo que la puta hizo no fue indignarse como otra habría hecho, ella en su lugar se lo quitó todo para que pudiera ver sus tetas desnudas. Fue demasiado para él y se abalanzó sobre la madura para comérselas. Pero la mujer también sabía usar su boca y le comió la polla un rato antes de la follada.
Finalmente ambos acabaron follando, eso es sin duda lo mejor de su trabajo…