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Esta madre francesa era una mujer entregada a su casa, y más desde que su marido lo abandonó y la dejó sola con su hijo. Sin embargo al muchacho lo trataba como a un rey, para ella él era el hombre de la casa. La mujer lo hacía todo, labores domésticas, comida y de paso también las atenciones especiales del chico.
Lo que ella no se imaginó en un principio es que también haría de puta para él, pero eso si, de forma voluntaria. Y es que entró en el cuarto de baño cuando el muchacho estaba allí arreglándose totalmente desnudo. La madre no pudo evitar fijarse en su polla, cosas de mujeres, hasta el punto de que llegó incluso a agarrársela con la mano. Todo aquello fue a cosas más serias cuando la madurita se agachó y comenzó a chupársela, sin duda alguna aquella mujer necesitaba sexo y su hijo se lo daría.
Al final los dos acabaron follando en el sofá y el jovencito pudo comprobar lo verdaderamente puta que era su querida mamá.