Su vecina era una mujer casada, pero les dio igual
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Las rutinas son cosas que no hacen lo que somos. No podemos renunciar a ellas y no queremos hacerlo. De hacerlo, estaríamos haciendo cosas que no hacemos y se siente como si no somos nosotros mismos. Es lo que entiende esta mujer, que por ser una madura, siempre se cierra a cualquier cambio que pueda aparecer. Su hijo, sabe cómo es ella, entiende que antes del desayuno, siempre quiere la polla de un macho y tiene que ser él. Y por ende, este jamás la hace esperar. Es la mujer que lo trajo al mundo y si ella quiere que penetren su coño, él puede hacerlo.