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Tenía 38 años y muchas ganas de probar cosas nuevas, por lo que al final acabó con un hombre aun mucho más mayor que ella. A este señor le gustaba el sexo duro y de hecho se lo preguntó a ella antes de empezar, la mujer le dijo que si por supuesto, quería probarlo. Empezaron a besarse en el sofá y poco después la iba desnudando para dejarla en lencería. El hombre llevaba una gran maleta en la que al abrirla se pudo ver que tenía practicamente de todo, por supuesto relacionado con el sexo y con su principal fetiche. Le ató las manos y luego la azotó con uno de sus juguetes mientras la zorra le comía la polla.
Luego empezó a follársela, pero al rato paró. En realidad le gustaba más jugar con ella que el hecho de follársela. Estuvo introduciéndole juguetes hasta que se cansó mientras ella miraba expectante completamente atada de pies y de manos.