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Que no se diga que esta rubia madurita tiene remilgos a la hora de correrse, ni de usar cualquier cosa para tener un orgasmos. No tiene problemas para masturbarse con un par de juguetes sexuales, de hecho les da la bienvenida como un cambio, y los usa frecuentemente. Pero no va a ser hipócrita, nada como la dureza de una polla tiesa dentro de su vagina, es lo que más la vuelve loca.
Y si hay algo que puede competir en su gusto con una follada a pelo, es sin duda sentir una lechada dentro y sobre su coño. A su marido por supuesto le encanta todo esto, le permite olvidarse de condones, y ver a su mujer disfrutar de lo lindo con sus corridas. Y eso, por supuesto, hace que cada vez quiera tener más sexo marital con ella, para tener más acabadas. Restregar su chocho con la leche de su marido es uno de los mayores placeres de esta casada cerda.